El estudio y evaluación de los libros de texto escolar es en sí, eminentemente formador. Poner en evidencia su organización interna, las funciones asignadas a la tipografía, al diseño de la página, el estatuto que ha adquirido la iconografía, los códigos a menudo implícitos a los cuales el lector apela, destacar las posibilidades para definir los límites de su aprovechamiento pedagógico. Estos aspectos son operaciones que conducen al docente a preguntarse concretamente sobre los objetivos que se atribuyen a estos libros y los métodos y técnicas que se implementan y, en definitiva, a operar sus propias elecciones estratégicas.

La aptitud para llevar a cabo una evaluación autónoma y un uso juicioso, crítico y óptimo de los libros de texto escolar, es el beneficio de tal formación. En consecuencia esta es indispensable, si se quiere evitar que los docentes confíen su evaluación y selección exclusivamente a personalidades exteriores o que desdeñen su empleo, cuando la concepción de los libros de texto los desorienta. También las nuevas políticas de formación que se implementan en Colombia y otros contextos, suponen el conocimiento y la experiencia sobre este objeto escolar, y además, tener en cuenta los resultados de la investigación educativa en esta materia.

 

??NDICE DEL LIBRO

GomezMendoza.2009.IndiceII_Trat2

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