La Transición Democrática Española
Los
manuales escolares son, a la vez, un instrumento de transmisión del
saber y un instrumento del poder; en el primer caso, el libro de texto
impone una distribución y una jerarquía de los conocimientos,
contribuyendo a formar la armadura intelectual de los alumnos; en el
segundo, el libro contribuye a la uniformidad lingüística, a la
nivelación cultural y a la propagación de las ideas establecidas. Los
manuales escolares son, pues, objetos complejos que guardan relaciones
muy diversas con el sistema educativo y con la sociedad que los produce.
La selección de contenidos que se opera en ellos supone unos
determinados criterios o puntos de vista acerca del universo social y
acerca de lo que se considera como “saberes legítimos”. El manual escolar es, en primer lugar, un soporte curricular a través del cual se transmite el conocimiento académico que las instituciones han de transmitir. Por otra parte, el libro escolar es un reflejo de la sociedad que lo produce, en cuanto que en él se vehiculan valores, actitudes, estereotipos e ideologías que caracterizan la mentalidad dominante de una determinada época o, lo que es lo mismo, el imaginario colectivo que configura el currículum explícito, y también el oculto. Los manuales escolares son, pues, una representación del mundo que los escribe y de la cultura que se los apropia. Estas representaciones comportan un sentido que es percibido como un acuerdo semántico por parte del grupo que los produce y los lee, entendiendo que las representaciones no son simples formas de expresión de un capital cultural, sino que también son parte de circuitos de poder que sustentan una economía política
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